La traducción jurídica requiere un conocimiento profundo del derecho comparado que permita trasladar de una lengua a otra el contenido de un documento prestando atención no solo al aspecto lingüístico, sino también a los conceptos jurídicos propios del ordenamiento en el que este haya sido redactado.
Es de vital importancia saber plasmar estos conceptos en el texto meta, ya que gran parte de estos documentos van a surtir efectos legales.
Acumulamos casi 10 años de experiencia y especialización en la traducción de documentos jurídicos, entre los que destacan los contratos y acuerdos de colaboración, los estatutos sociales, las memorias anuales, los documentos de propiedad industrial, los poderes notariales y las escrituras públicas.